¿Por qué se rompen las lentillas? Causas y una solución para que no te vuelva a pasar
El incómodo momento de ver cómo la lentilla que tienes entre los dedos se ha roto en pedazos.
Te ha pasado y posiblemente te volverá a pasar, pero si lees este artículo hasta el final tendrás todas las claves (y un truco) para que te ocurra menos.
Veremos en detalle las causas que provocan este problema, desde las más frecuentes hasta algunas que igual ni imaginabas.
Elegir lentillas de mala calidad
Si un producto te saca una sonrisa no dudas en comprarlo, aunque sea más caro que otras alternativas. Sin embargo, sigue habiendo gente que compra las lentillas más baratas sin mirar más allá.
Lo más barato casi siempre da problemas.
Uno de esos problemas son las roturas. Una lentilla de baja calidad será más susceptible a romperse por tres razones:
- El material.
- El proceso de fabricación.
- Los controles de calidad.
Las marcas que priorizan el precio sobre la calidad reducen costes en uno o varios de los puntos anteriores dando lugar a roturas y otras complicaciones.
Usar productos de limpieza inadecuados
Muchos usuarios de lentillas desconocen la importancia de utilizar soluciones específicas para la limpieza y desinfección de las lentillas.
El uso de productos no adecuados, como agua del grifo o soluciones caseras, daña la integridad de las lentillas provocando que se rompan.
Además de roturas, esos líquidos pueden contener microorganismos, minerales y otras sustancias que podrían causar daños irreversibles en tus ojos.
Evitar todo esto es sencillo: elige soluciones específicas y de calidad para el cuidado de las lentillas. La solución única es la alternativa más cómoda y común.
Manipular la lentilla bruscamente
La manipulación brusca es una de las causas principales de la rotura de las lentillas.
Colocarlas o retirarlas de forma “agresiva”, limpiarlas apretándolas demasiado entre los dedos o intentar despegarlas de su estuche cuando están secas, puede provocar roturas.
También es frecuente dañar las lentes de contacto con las uñas. Por eso, debes manipularlas con suavidad, en entornos húmedos (solución única) y con las manos siempre limpias y secas.
Guardar las lentillas en entornos con altas o bajas temperaturas
Este punto lo desconoce la mayoría y también es muy importante.
Las lentillas son sensibles a las variaciones de temperaturas. Exponerlas a ambientes muy calientes o muy fríos puede alterar su forma y composición, volviéndolas más frágiles y susceptibles a romperse.
Pensarás que este problema no te afecta, pero es relativamente común dejar el estuche de las lentillas en el coche a pleno sol o en un lugar muy frío durante el invierno. Todo eso puede ser suficiente para dañarlas irreversiblemente.
Controla la temperatura. Evita exponer el estuche al sol directo o dejarlo en entornos muy fríos, eso evitará que se deterioren y rompan con facilidad.
Alargar la vida útil más allá de lo recomendado
Aquí tienes otro error frecuente que causa innumerables problemas, entre ellos la rotura inesperada de las lentillas.
Cada par de lentes de contacto tiene una vida útil específica, después de la cual su material comienza a degradarse aumentando el riesgo de rotura.
Usar las lentillas más tiempo del recomendado, ya sean de uso diario, mensual o anual, puede causar este problema y otros aún peores como infecciones con daños irreversibles para la vista.
Respeta el tiempo de uso indicado por el fabricante: un día, una quincena o un mes. No las alargues más.
Hidratar incorrectamente las lentillas
Las lentillas se rompen por múltiples causas. Con frecuencia, la rotura se produce por más de una causa.
Entre ellas suele estar la mala hidratación de la lente. Si está deshidratada será más frágil y susceptible a roturas. Como hemos señalado anteriormente, esto puede ocurrir por una mala calidad del producto o de la solución de limpieza, pero también por errores comunes:
- Añadir poco líquido en el estuche.
- Colocar primero la lente y luego el líquido (esto puede hacer que se pegue en el fondo).
- Dejar el estuche abierto.
Permitir que las lentillas se sequen, ya sea por no almacenarlas en suficiente solución limpiadora o por dejar el estuche abierto, puede hacer que se vuelvan frágiles y sean más propensas a romperse.
Sumérgelas en la solución cuando no las uses y renueva dicha solución regularmente para que el líquido siga haciendo su función (limpiar e hidratar).
¿Qué hacer para que no se te vuelvan a romper las lentillas?
Primero debes comprender que el riesgo cero nunca existe. Las lentillas se pueden romper. Puede suceder, incluso haciendo todo bien. Pero ese riesgo se puede reducir siguiendo estas pautas:
- Elige lentillas de la mejor calidad.
- Usa productos de limpieza específicos.
- Manipula la lentilla con delicadeza y sé cuidadoso si tienes las uñas largas.
Tus ojos son órganos delicados y de valor incalculable. Una lentilla defectuosa puede dañarlos para siempre. ¿Crees que vale la pena arriesgarse?
No es que sea incómodo que la lentilla se rompa entre los dedos, es que eso puede ser una señal de que no estás haciendo algo bien.
Revisa los puntos anteriores, quizá puedas mejorar algún apartado para evitar roturas en el futuro. Al entender las causas podrás adoptar medidas preventivas, reduciendo el riesgo notablemente.
En caso de duda, consulta con tu óptico-optometrista de confianza, él te ayudará a comprender cómo debes usar, limpiar y manipular las lentillas para evitar las temidas roturas y otros problemas derivados.
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