7 trucos para que no molesten las lentillas
A ciertas personas las lentillas pueden resultarles molestas o incómodas, es algo que vemos con frecuencia en la óptica. No tiene por qué ser una incomodidad constante, lo habitual es que sea un proceso puntual.
¿Por qué sucede esto? ¿Qué hacer para que no te molesten las lentillas?
En este artículo descubrirás trucos útiles para aprovechar al máximo tus lentillas, pero antes ahondaremos en las principales causas de esa incomodidad al usar lentes de contacto.
¿Es normal que te molesten las lentillas?
Es importante saber que, especialmente al principio, es normal experimentar cierta incomodidad al usar lentillas. Tus ojos necesitan tiempo para acostumbrarse a tener un objeto extraño en ellos. Esta molestia inicial debería disminuir gradualmente a medida que te acostumbras a las lentillas.
Sin embargo, puede suceder que la molestia aparezca más adelante, cuando llevas tiempo usando las lentillas. Esto puede deberse a alergias, a frecuentar ambientes con partículas en suspensión o a usar las lentes de contacto durante mucho tiempo, entre otros.
¿Qué trucos puedes aplicar para que no te molesten las lentillas?
Elige las lentillas correctas
El primer paso para garantizar un uso cómodo de las lentillas es prestar atención a la selección de las propias lentes de contacto.
Debes elegir el tipo de lentillas que mejor se adapte a tus ojos y estilo de vida, siempre priorizando la calidad. Tu óptico-optometrista te ayudará elegir las más adecuadas.
En cualquier caso, si sientes molestias o incomodidad, un buen truco es utilizar durante una temporada las lentillas diarias, de este modo mejorará el confort y disminuirá el riesgo de que esa posible irritación vaya a más.
Cuida la higiene ocular
Una correcta higiene es fundamental para evitar molestias al usar lentillas.
Primero, limpia tus ojos correctamente, esa podría ser la razón por la que sientes molestias.
Después, revisa la limpieza de tus lentillas. Utiliza siempre una solución única de calidad.
Por último, uno de los mayores errores que suelen dar lugar a molestias es no tener un hábito de limpieza de las lentes de contacto. El proceso no consiste en quitarse de las lentillas y dejarlas en el portalentillas, va más allá:
- Lávate las manos con agua y jabón. Sécalas con papel o con una toalla que no suelte fibras.
- Retira el líquido del portalentillas.
- Añade líquido nuevo.
- Coloca la lentilla en la palma de tu mano y echa un poco de líquido por encima.
- Frótala suavemente con la yema del dedo (5 o 10 segundos).
- Enjuágala con un poco de líquido.
- Guárdala en el portalentillas
Repite esta rutina hasta formar este nuevo hábito de limpieza.
Presta atención a la colocación y retirada de las lentillas
La forma en que pones y quitas tus lentillas puede influir en la comodidad de su uso.
Lo más importante para evitar molestias es cuidar tres puntos:
- Limpieza de las manos.
- Suavidad en la colocación.
- Precaución en la retirada.
Al poner la lentilla, colócala en la punta de tu dedo índice limpio y seco, comprobando que la lentilla no esté del revés. Levanta el párpado superior con la otra mano y coloca la lentilla en el ojo, parpadeando suavemente para asentarla.
Para retirarla, mira hacia arriba mientras deslizas la lentilla hacia abajo con el dedo limpio.
Mantén los ojos hidratados
El ojo seco suele estar detrás de muchas de las molestias relacionadas con las lentillas. Un buen truco para prevenir o combatir este problema es aplicar lágrimas artificiales.
¿Cómo y cada cuánto tiempo? Puedes hacerlo cada tres horas. Aplica un par de gotas en cada ojo (con las lentillas puestas), así mejorará la hidratación ocular y tu sensación de confort.
Otro truco que solemos pasar por alto es mantener una correcta hidratación de nuestro cuerpo. Bebe suficiente agua a lo largo del día para mantener hidratado todo tu organismo, incluyendo los ojos.
También debes evitar ambientes muy secos o con aire acondicionado cuando sea posible, ya que eso podría estar detrás de tus molestias oculares.
Úsalas durante un tiempo razonable
Usar lentillas demasiado tiempo, sin un descanso, es el principal error que cometen los usuarios y también una de las razones por las que aparecen las molestias.
Estar con las lentillas puestas diecisiete horas al día es una mala idea y no tan raro como cabría esperar.
Muchas personas comienzan su jornada laboral a las siete de la mañana y no se acuerdan de las lentillas hasta llegar a casa a las diez de la noche. Eso supone quince horas de uso. Supera, con mucho, a las ocho horas de uso recomendadas.
¿Qué hacer para reducir su uso? Retira las lentillas para darle un descanso a tus ojos siempre que puedas. Puedes quitártelas después de comer y usar gafas hasta que vuelvas a salir a la calle.
Deja que tus ojos “respiren”
El último consejo es tan simple como efectivo. Si sientes molestias persistentes, dales un descanso completo a tus ojos.
Deja de usar las lentillas durante unos días, hasta que las molestias desaparezcan por completo, de esta forma, el ojo tendrá tiempo suficiente para recuperarse.
Además, evita que esa pequeña molestia termine siendo un problema. Toma medidas de prevención con la primera señal de alerta.
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