Ducharse con lentillas: mitos, realidades y recomendaciones
Cada día, millones de personas en todo el mundo hacen uso de las lentillas. Por la comodidad que ofrecen y porque son una solución efectiva para corregir los problemas visuales.
Las preguntas surgen con su uso. Una duda persistente entre los usuarios de lentillas es si es posible ducharse con las lentillas puestas. O bañarse en el mar o en la piscina. Resolveremos todas estas cuestiones y te daremos consejos prácticos para evitar riesgos.
¿Es malo ducharse con lentillas?
La respuesta corta es sí, ducharse con las lentillas puestas es un riesgo que debes evitar. En algunos foros quizá hayas leído que se puede hacer, es un mito, la realidad es bien diferente.
La Asociación Americana de Optometría aconseja a los usuarios de lentillas que se abstengan de exponer sus lentes de contacto a cualquier tipo de agua, incluyendo la de la ducha.
Esta recomendación se basa en estudios que han demostrado que el agua, incluso el agua tratada de nuestras casas, puede contener microorganismos y bacterias capaces de causar infecciones graves en los ojos.
Por tanto, no hay duda. Es malo ducharse con lentillas y debes evitarlo en la medida de lo posible.
Entendiendo los riesgos
Al ducharte con ellas puestas, el agua y los productos de higiene pueden entrar en contacto con las lentillas. Si eso ocurre, se alterará la composición de las lentes de contacto exponiendo el ojo a numerosos riesgos.
Además, ese simple gesto de ducharse o bañarse con lentillas predispone a infecciones por agentes como la Acanthamoeba. Esta complicación, aunque rara, puede ser extremadamente grave y provocar una inflamación dolorosa de la córnea, conocida como queratitis. Sin un tratamiento temprano y adecuado, la queratitis puede conducir a la pérdida de la visión.
Obviamente es un caso extremo y poco probable, pero el riesgo es real. Por tanto, no es recomendable ducharse con lentillas.
¿Y si olvidas quitártelas?
Puede ocurrir que, por despiste, te metas en la ducha con las lentillas. O incluso que el champú o el acondicionador terminen en tu ojo. ¿Qué hacer en ese caso? ¿Hay que preocuparse?
Si te das cuenta de que te has duchado con las lentillas puestas, lo más importante es no entrar en pánico. Retira las lentillas inmediatamente después de la ducha. Si las lentillas sólo han tocado el agua, puedes limpiarlas a fondo con una solución única de calidad, frotándolas suavemente con las yemas de los dedos. Después, déjalas en el estuche con el correspondiente líquido.
Si las lentillas han tocado otras sustancias, lo mejor es desecharlas para evitar irritaciones y otros problemas oculares.
Consulta a un profesional si experimentas cualquier síntoma inusual, como enrojecimiento, irritación, dolor, visión borrosa o sensibilidad a la luz.
¿Es peligroso acudir a spas, piscinas o bañarse en el mar con lentillas?
Sí, está totalmente desaconsejado.
Ten en cuenta que, al igual que el agua corriente de la ducha, el agua de la piscina, del mar o del spa puede estar contaminada por bacterias. En esos entornos es fácil que puedas notar molestias y enrojecimiento si llevas lentillas. Además, podrías sufrir otras complicaciones.
Tampoco es recomendable bañarse con lentillas y gafas de natación. Lo mejor es retirar las lentes de contacto antes de disfrutar de un baño en agua dulce o salada.
Precauciones y recomendaciones
Aquí tienes algunas precauciones y recomendaciones para proteger tus ojos y tus lentillas mientras te duchas.
- Desarrolla el hábito: trata de quitarte las lentillas a la misma hora, justo antes de la ducha, de esta forma reducirás el riesgo de errores por despistes.
- Hidrata el ojo después de la ducha: si notas ciertas molestas en los ojos, aplica unas gotas de lágrima artificial, eso te ayudará a aliviar los síntomas.
- Ten precaución: ante todo, sé coherente. Evita exponer las lentes de contacto a cualquier sustancia (incluyendo el agua) que no sea la solución salina o la solución única.
Aunque a veces puede ser tentador ducharse con lentillas, está totalmente desaconsejado. Si lo haces sin darte cuenta, asegúrate de retirarlas y limpiarlas inmediatamente después (o desecharlas si han tocado cualquier producto químico).
Y, por supuesto, ante cualquier señal de alerta, consulta con tu óptico-optometrista de confianza.
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